Si te gustan los dogos argentinos, ¡Entonces estás en el lugar indicado! Aquí vas a conocer cada característica, cotumbre, evolución y hasta secretos de la raza.
Toda la información será certera y cada tutorial tendrá pasos simples y detallados para que puedas seguirlos al pie de la letra y disfrutar como nunca con tu dogo.
¡Empezá a conocer todo ahora deslizando hacia abajo!
Tabla de contenidos
En esta guía completa conoceremos en profundidad al Dogo Argentino. Cuáles son sus características, cómo es el temperamiento de la raza, para qué fueron diseñados y mucho más.
Si te apasionan los dogos argentinos entonces estás en el lugar correcto. ¡Preparate para disfrutar y conocer a fondo esta fantástica raza!
Las características distintivas del dogo argentino son muy sencillas de reconocer:
Todas estas características son las que deben buscarse en los cachorros de dogo argentino para saber si verdaderamente estamos frente a un perro puro o si, contrariamente, contiene diferentes elementos de cruza en su genética corporal.
Veamos ahora en detalle cada uno de los componentes corporales y característicos del Dogo Argentino:
La importancia de la pureza de un dogo argentino es realmente diferente para el objetivo que se desee tenerlo.
Si buscamos que sirva como perro de caza para trabajar en jauría es probablemente muy importante que el dogo sea lo más puro posible. Sobretodo si la jauría estará compuesta exclusivamente por dogos argentinos.
Por el contrario, si el perro solo lo queremos para mascota o compañía, la pureza del dogo no es tan necesaria. Es posible ser mucho menos estricto a la hora de considerar su raza, aunque esto puede jugar en contra, ya que a veces al cruzarse los dogos pueden desarrollar comportamientos poco sociables.
Por supuesto, esto no solo tendrá que ver con la pureza de la raza sino especialmente con su crianza, pero es importante mencionarlo igualmente como un factor a tener en cuenta.
El dogo argentino puro es un perro de color completamente blanco. Ésto fue diseñado de esta forma por el creador de la raza debido a la facilidad que el blanco permite a la vista para reconocer al perro en cualquier monte donde se esté ejerciendo la cacería.
Gracias a este potencial discernimiento fácil de la ubicación del perro debido a su color blanco es posible, por ejemplo, efectuar disparos a presas sin temor a equivocar el animal objetivo en caso de que este sucediéndose una lucha al momento de disparar.
De todas maneras, aunque el blanco completo es uno de los símbolos de pureza de la raza, hay también dogos argentinos puros con alguna mancha negra en la cabeza. Esto no dificulta de ninguna manera el objetivo visual con el que fue diseñado el pelaje y su color, ya que suelen ser manchas pequeñas en relación al tamaño total del perro.
No hay más que ver una fotografía de cualquier dogo argentino para comprender que el objetivo visual fue perfectamente cumplido, ya que el blanco de su pelaje es realmente llamativo, casi fosforescente.
Igualmente, desde aquí nos permitimos fantasear un poco al respecto y pensar… ¿Por qué no otros colores para el dogo argentino?
¿Te imaginás cómo serían? Te ayudamos a visualizarlos:
Un dogo argentino negro quizás pueda verse como un perro aún más amenazante de lo que la raza es de por sí misma. Porque tendrá un aspecto más siniestro, similar a las razas de otros perros de pelea feroces.
Esto hará que se asocie mucho más con la agresividad en la mente de cualquier persona, generando todo tipo de temores que, quizás, sean infundados. Una simple imagen puede hablar más que mil palabras, como bien dice el dicho.
Hasta nos animamos a hacer una libre asociación y decir que no está demasiado lejos al sabueso de los Baskerville relatado en la brillante novela de Sherlock Holmes.
De todas maneras, cuando alguien busca a un dogo argentino negro, probablemente esté hablando del perro pampa argentino, ya que también se lo suele denominar como "Dogo Argentino Negro".
Ya hemos hablado acerca del color blanco (Color original, para algún despistado) de los dogos argentinos.
Más allá del objetivo por el cual fue creada la raza con este color, es importante notar que psicológicamente ejerce un efecto tranquilizador en cualquiera que mire al perro, sirviendo de contrapeso a su aspecto musculoso, cuya sensación es de estar siempre listo para la lucha.
Ver a un dogo argentino con el pelaje gris sería emparentarlo muchísimo con un Gran Danés cuya raza es de similar tamaño y con un pelaje equivalentemente grisáceo.
Este emparentamiento se podría fácilmente disipar cuando uno pusiera el ojo en los detalles físicos así como también las diferencias de temperamento, pero, aún así, es lindo ejercer la imaginación y crear una imagen de un dogo argentino gris
Cualquier ingeniero genético (o quizás un médico, como el creador de la raza sobre la cual versamos) se sentiría contrariado de solo pensar en un dogo argentino color marrón.
Porque, sin duda alguna, este color iría contra el objetivo principal de la raza, que es de servir a los cazadores como apoyo fundamental en la actividad.
Sencillamente un dogo marrón sería muchísimo más difícil de reconocer en cualquier escenario de caza, ya que este color es confundible a simple vista tanto con el follaje que se presente como también con los diferentes accidentes topográficos que se puedan suceder durante la actividad.
Ni que hablar de la confusión de los cuerpos en la que se puede caer si el dogo argentino está en una lucha con otro animal de pelaje marrón.
También hemos tratado el hecho de que el dogo argentino puede traer, aún en su pureza de raza, manchas negras en la cabeza. Pero, ¿Qué pasaría si lo imaginamos como un dálmata, con manchas en el cuerpo?
Realmente la similitud solo sería por el patron del cuerpo, porque las características de este tipo de perros es bastante diferente a la de los dálmatas.
Así y todo, aunque lo imaginemos, no parece tener mucho sentido un dogo argentino de este modo en la realidad concreta.
Quizás algo demasiado exótico, nos imaginamos que un dogo argentino atigrado se parecería más a un felino que a un canino, por lo que es probablemente más una aberración estética que otra cosa. Juzgalo por tu cuenta.
Ni que hace falta decir que el dogo argentino, en su pelaje blanco, ya es un perro “albino”. Por lo que en este caso no estamos imaginando nada nuevo, es simplemente el mismo color original de la raza y no tiene sentido detenernos mucho más en ello.
Las diferencias hormonales hacen una sutil pero marcada diferencia en el género y esto se traduce en ciertas cualidades que, dentro del contexto de la raza, hacen una diferencia de acuerdo al destino que el perro tenga en nuestro hogar.
Aún así, el dogo argentino, sea el género que sea, mantiene sus características de raza que lo hacen tan especial. Igualmente detallamos:
De manera general, no solo refiriéndonos a la raza del dogo, las hembras suelen ser más sociables y protectoras de seres humanos en situación de cierta vulnerabilidad como lo son los ancianos o los niños.
Asimismo, también suelen ser más dóciles a la hora de acatar órdenes y respetar a las jerarquías y autoridades sin mucho esfuerzo. Dicen también muchos expertos que las hembras son, quizás como consecuencia de esta docilidad que mencionamos, un poco más rápidas que los machos para completar un adiestramiento, por ejemplo.
Ahondando más en lo específico de la raza, además de lo dicho antes, las hembras son un poco menos territoriales y más protectoras que los machos de todo aquello que consideran su “círculo”, si así queremos llamarlo.
Además, las hembras del dogo argentino son, como tendencia general, apenas más pequeñas que los machos, siendo unos pocos centímetros más baja y unos pocos kilogramos más liviana. Si el tamaño nos importa mucho, la hembra seguramente no sea la primera opción para elegir.
Por supuesto, también como toda hembra, la del dogo argentino tiene la desventaja del celo. Esto es especialmente dificultoso si se utiliza a la perra para la caza, ya que probablemente no esté disponible en estos momentos para la caza y menos aún en jauría.
Sin dudas, si ese es el caso, la castración es la solución en la que no hay que pensar demasiado. De todas maneras, una palabra de advertencia: La castración no debe ser tomada a la ligera. Es un procedimiento importante que puede modificar el comportamiento del animal. Por eso siempre consultar con un profesional veterinario calificado.
Comparativamente a las hembras, el macho suele ser más territorial y desafiante, sobre todo con la mirada. Pero también pueden ser más juguetones y energéticos con los seres humanos.
En conjunto con otros perros, suelen verlos como competencia y pueden producirse peleas. Por eso es importante aportarle entrenamiento y socialización adecuada. El reverso de esta característica es que, básicamente, los machos son más guardianes que las hembras de su territorio y posesiones.
También tienen una ligera tendencia a la independencia que se ve menos marcada en la hembra. Son capaces de escaparse del hogar y volver al mismo en reiteradas frecuencias, especialmente cuando hay hembras en celo a su alcance.
Aunque también, al contrario que la hembra, resisten y desafían un poco más la autoridad y jerarquía. Necesitan medirse contra pares y determinar su estado jerárquico y por eso suelen pelearse más frecuentemente también.
Al estar más preparados de carácter para la lucha y eso los hace un poco más aptos para la caza, hablando generalmente. Sumado a ello el fornido y musculoso aspecto que la diferencia hormonal marca ya desde el tamaño, si el objetivo de tener un dogo argentino es para la caza, no hay mucho que deliberar.
El macho es probablemente una opción resistente y fiel.
Como rasgos distintivos del temperamento de esta raza podemos mencionar la valentía (a fin de cuentas, la actividad de la caza la requiere… Siempre aparece esta actividad relacionada con el dogo argentino, y es que… ¡Para eso fue diseñado!), la agilidad, la templanza y la sigilosidad.
De todas maneras, el contexto en el que se encuentre el dogo argentino hace que salgan a la luz sus diferentes cualidades.
Cuando se encuentra en peligro o situación de peligro puede ser extremadamente feroz, lo que, combinado con su bravura, puede hacer que vaya hasta las últimas consecuencias.
Pero si hablamos del perro en el hogar, este puede ser totalmente fiel, dócil y entregado a su amo sin reservas de manera cariñosa y sociable.
Este tipo de perros, más allá de como hemos detallado su temperamento, tiene una apariencia general atlética, musculosa y, al ser un perro grande, muchos pueden sentirse amenazados o temerosos frente a este tipo de raza.
Sobre todo en aquellos casos de personas pequeñas de tamaño, a quienes el perro quizás puede doblegar saltando o intentando socializar normalmente.
De todas maneras, es mayormente miedo de las personas esto, ya que el dogo argentino muy rara vez ataca a humanos. Los rasgos agresivos de la raza han sido suprimidos al crearse la misma.
Igualmente, es importante acostumbrar al perro desde cachorro a la socialización, sobre todo si se lo tendrá en ambientes domésticos con niños u otros animales; así como también gran responsabilidad, atención y cariño de parte del dueño.
Aunque está claro que esta raza no debe ser criada para pelear ni tampoco se debe fomentar actividades de este tipo, no por eso nos privamos de imaginar cómo serían algunos enfrentamientos entre el Dogo Argentino y otras razas o animales salvajes:
Uno de los frente a frente más desafiantes para un Dogo Argentino es, obviamente, contra un Puma.
Dos razas tremendamente robustas. Dos mandíbulas capaces de una fuerza inigualable. ¿Quién vencería?
El Dogo Argentino está hecho para la caza y una de las presas favoritas son los Chanchos Jabalí.
Comparamos contra otras razas de similares características conjeturando quién puede ser vencedor en hipotéticos enfrentamientos.
Comparamos contra animales salvajes imaginando lo que podría suceder en un frente a frente.
Ambas razas de gran tamaño tienen posibilidades de victoria similares. ¿Por quién te decidirías?
Como cualquier ser vivo, el dogo argentino también cuenta con las etapas de nacimiento, crecimiento, clímax, declinación y muerte.
Cada una de las etapas es marcadamente como la de otras razas de perros de tamaños similares, con algunas consideraciones especiales de la raza en sí, especialmente en lo que refiere a afecciones físicas y desarrollo educativo.
Igualmente, es interesante conocer cada etapa en detalle para no perdernos nada de los dogos argentinos. Sobre todo si estamos buscando adoptar o comprar a un buen precio un dogo argentino en alguno de los criaderos homologados.
Esta etapa de la vida de un dogo argentino es la que se comprende entre su nacimiento y los 2-3 meses aproximadamente. Es un momento de gran alegría para cualquier dueño, desde el momento en que se piensa el nombre para el dogo hasta el momento que se lo deja jugar libremente por primera vez por la casa.
Está caracterizada por el alimento de lactancia materna, el cual es fundamental para el correcto desarrollo óseo y muscular del perro. También es un factor clave estár junto a la madre en estos primeros meses ya que ésta le enseña a socializar con los demás cachorros y las distintas pautas de conducta perrunas.
Si se lo privara al dogo argentino de su madre y de la lactancia materna en esta etapa tan crucial de su crecimiento, se corren muchos riesgos de que el perro desarrolle excesiva timidez, miedo o, en el extremo opuesto, una violencia otrora desmedida para las características de la raza.
Por otro lado, es importante todos los cuidados de salud del cachorro correspondientes, tales como la desparasitación, vacunación y observación de su comportamiento. Esto asegurará que el ejemplar crece sin problemas que luego puedan complicar su desenvoltura en el mundo.
Luego de los primeros meses de vida, es posible separar al cachorro de su madre y hermanos para, en el caso que así suceda, ir a la casa de su nuevo dueño, por ejemplo.
Durante los próximos meses, el cachorro necesitará afecto y atención. Estas necesidades psicológicas son importantes de satisfacer ya que aún es un perro muy pequeño y se encuentra inseguro, con miedos frente al mundo que se le abre delante de sus ojos.
Es clave tener la disponibilidad y disposición (no son la misma cosa) de tiempo, ganas y afecto para volcarlo en el perro. Claro que nunca perdiendo de vista su salud física con el programa normal de vacunación ni tampoco su educación.
Es así como nos aseguraremos de que el dogo argentino vaya desarrollándose lo más amenamente posible e insertándose en el contexto de la vida cotidiana que su dueño le ofrece.
Alrededor del año de vida, quizás un poco más, el dogo argentino ingresará en la etapa de adolescencia.
Esta es una etapa marcada por el desafío a la autoridad o a los demás en busca de encontrar su lugar jerárquico; por el juego y la sociabilización mediante ese modo; y por la búsqueda de reconocer su cuerpo como propio mediante distintos comportamientos como la mordida de todo lo que lo rodea.
La personalidad del perro se va asentando poco a poco y la educación del can cobra un rol preponderante. Teniendo en cuenta el encauce de los comportamientos inadecuados y la recompensa de los positivos, seguramente nos daremos al cabo de varios meses con un ejemplar adulto del que nos sintamos orgullosos.
Siempre en materia educativa es importante tener en cuenta que los mecanismos punitivos no son realmente efectivos sino que llenan de miedos e inseguridades al dogo.
Es a la inversa el mecanismo que debemos utilizar para la educación: La recompensa positiva. Debemos enseñarle los comportamientos que nos agradan mediante la recompensa alimentaria cuando los realizan.
De esta manera estaremos criando un perro obediente a su dueño, con un nivel de fidelidad inquebrantable.
La raza sobre la cual estamos hablando es una raza de perros grandes. Este tipo de razas suelen madurar un poco más tarde que los perros de razas caracterizadas por su pequeño tamaño.
Por eso es que el dogo argentino probablemente ingrese al período de adultez a partir de los dos años y medio de vida.
En esta etapa de la vida, si el perro ha sido debidamente educado y conservado mediante los esquemas de vacunación y desparasitación correspondientes, podremos contar con un ejemplar fuerte, fornido y muy confiable para las tareas de la caza y agarre de presas.
El carácter será mucho más estable, con menos inseguridades y menos necesidad de juego y atención respecto a la etapa anterior. Igualmente el perro conservará su personalidad pero será notorio el aplomo con el que se desenvuelven día a día.
Hay un factor clave que se va transformando desde la adolescencia hacia la adultez: Si bien el afecto siempre debe estar, la intensidad del mismo puede disminuir un poco en esta etapa en favor de brindarle más actividades.
Un perro activo será un perro sano, alerta, guardián, seguro de sí mismo. Un dogo inactivo se puede transformar en un perro con dificultades de socialización.
De cualquier manera, siempre hay que estar atento a los cambios bruscos de carácter, ya que éstos pueden ser síntomas de algún inconveniente físico que puede haber surgido en el dogo, momento en el cual será imprescindible consultar con el veterinario de confianza.
Contrariamente a lo que se podría pensar derivado de los tiempos de maduración de las razas de gran tamaño, éstas, además de entrar más tarde a la adultez que los perros de raza de pequeño tamaño, entran con más anticipación a la vejez en comparación con éstos últimos.
En el dogo argentino, a partir de los 6-7 años de edad el perro ya comienza a ingresar en la etapa de la vejez y sus comportamientos, reacciones y carácter ya están completamente asentados.
A medida que pasa el tiempo, como cualquier anciano, es necesario prestar cada vez más atención a las posibles afecciones que pueda tener el animal, ya que pueden ser muy frecuentes.
Dentro de las afecciones más comunes de la raza encontramos la sordera (herencia genética de la composición de la raza), problemas óseos (especialmente en el sector de la cadera) o algún que otro síntoma de problemas en la piel, aunque menos frecuentes en este último caso (hablando de manera general, claro. Cada ejemplar no deja de ser un mundo).
También en esta etapa de vida el perro se caracterizará más por su pacifismo, serenidad y menor actividad. Naturalmente todo derivado de su declinamiento físico por efecto de la edad.
Ser un dueño de un Dogo Argentino implica, además del cariño necesario para cada perro en particular, una serie de responsabilidades en su crianza y cotidianeidad que son fundamentales para el desarrollo fuerte y saludable del canino.
Un calendario de vacunacion riguroso es necesario para una óptima salud, especialmente en edades tempranas.
El dogo argentino, como todas las razas, es un perro de un tamaño distintivo. En este caso un tamaño grande. Existen perros más grandes y, por supuesto, perros mucho más chicos.
Lo que no sucede con esta raza es que existan variantes de tamaños como, por ejemplo, sí sucede con los caniches, ya que existen los caniches toy, los micro caniches toy, etc.
Dicho esto, igualmente en sus diferentes etapas de vida el dogo argentino tiene diferentes tamaños y los repasamos:
El dogo argentino gigante no existe. No es más que una fantasía que se puede uno imaginar a modo de experimento genético o como ejercicio mental y nada más.
De todas maneras, un tamaño mayor del que normalmente tienen los dogos en la adultez sería realmente amenazante. Más aún si combinamos esta idea con la idea de un color negro, por ejemplo.
El aspecto final sería totalmente intimidatorio.
Este es el tamaño final del dogo argentino, por lo que no hay temor a dudas cuando explicitamos que es una raza de tamaño grande.
El diseño en su extensión corporal es fundamental para el objetivo original de constituirse en una raza de caza y agarre de presa que el creador pensó en primera instancia.
Es fácilmente reconocible su gran tamaño, no solo por la extensión que el can tiene en cuatro patas sino, también, en dos patas, siendo capaz de tumbar fácilmente a seres humanos de estatura mediana o pequeña.
Sin dudas es una de las razas de mayor tamaño, aunque no de tamaño “gigante”
El tamaño mediano del dogo lo podemos evidenciar en el primer año, cuando transiciona de cachorro a su adolescencia y adultez.
Es un tamaño que dura muy poco en el lapso de la vida de la raza debido a que el crecimiento del perro es realmente rapidísimo. Aún hasta el propio dueño que ve todos los días al dogo es susceptible de sorprenderse por este rapidísimo crecimiento.
Por otro lado, el tamaño mediano del dogo se corresponde también con una apariencia todavía de perro lozano y muy joven, no llegando a completar aún un porte ni musculoso ni tampoco intimidatorio como sí lo puede llegar a ser el adulto de tamaño grande.
Por supuesto, en el único momento que el dogo argentino es de tamaño pequeño es al recién nacer. Es la única instancia donde los amantes de los perros miniaturas podrían llegar a disfrutar de esta raza.
Rápidamente el animal va creciendo y dejando atrás su tamaño de nacimiento para terminar convirtiéndose en algo totalmente opuesto a la ternura que suelen suscitar los perros de tamaño pequeño en la generalidad de los seres humanos.
Mientras tanto, si tenemos un dogo cachorro, podemos disfrutar de sus expresiones tiernas y de su carácter jugueton durante esta etapa de tamaño muy agradable y manejable domésticamente
El Dogo Argentino no es la única raza originaria del país que lo bautiza. Argentina también cuenta con una rica historia de razas originarias, tanto extintas como jóvenes y longevas:
Raza extinta desarrollada en la provincia de Córdoba durante el siglo XIX y principios del siglo XX.
Raza extremadamente joven, motivo por el cual no está reconocida oficialmente como tal por el momento.
Raza de perros extinta creada con un objetivo específico y utilidad de trabajo en el continente antártico.
Se trata de una raza de tamaño pequeño con la particularidad principal de no tener pelo.
Una raza ampliamente empleada en la caza de distintas especies de animales salvajes en la región de la Patagonia.
También llamado perro fueguino, es una especie extinta utilizada por los aborígenes yaganes en la región de Tierra del Fuego.
Los diferentes tipos de dogos comparten características muy similares, como por ejemplo ser perros de gran tamaño, o similitudes características de su apariencia que, si eres amante de los dogos argentino, disfrutarás también en las demás razas de dogos:
Raza de perro súper popular que se originó en la región de Burdeos, en el suroeste de Francia.
Aunque también se le llama Bulldog Francés, en realidad tiene sus raíces en los antiguos Bulldogs ingleses.
Es una raza de perro dentro de la familia de los dogos originaria de las Islas Canarias, España.
El Gran Danés, también conocido como Dogo Alemán, es una raza de perro enorme y robusta.
También conocido como Mastín Tibetano, se cree que se desarrolló en las regiones montañosas del Himalaya.
Una raza con una historia extremadamente joven, por lo que aún no está completamente reconocida como tal.
Aunque no se tienen registros precisos de sus orígenes, se cree que su desarrollo comenzó en la década de 1980.
También conocido como Ca de Bou, es una raza de perro originaria de la isla de Mallorca, en España.
Se cree que sus raíces se remontan a perros guardianes y de pelea utilizados por los antiguos asentamientos en Cerdeña.
