El Dogo Cubano, también conocido como Mastín Cubano, es una raza de perro originaria de Cuba. Sus orígenes se remontan al siglo XVI cuando los conquistadores españoles llegaron a la isla y llevaron consigo perros de presa para ayudar en tareas de caza y manejo del ganado.

Estos perros de presa españoles se cruzaron con diversas razas locales y con el tiempo se desarrolló una línea de perros de presa en Cuba que se conocía como “Alano”. Estos Alanos eran grandes, musculosos y tenían una naturaleza valiente y protectora.

En el siglo XIX, los Alanos cubanos fueron cruzados con Bulldogs, Mastines y posiblemente otros perros de presa importados así como también perros locales de ganado. Esto condujo a la aparición de una raza más grande y poderosa, con un temperamento equilibrado y habilidades tanto de guardia y protección como de presa también.

El Dogo Cubano se utilizaba principalmente como perro de trabajo en diversas áreas. Su función principal era la de perro de presa, es decir, se empleaba en la caza y captura de animales, así como en la protección de propiedades y como perro guardián. Asimismo, presentan también una relación con un aspecto triste de la historia cubana, ya que también se empleaban para la caza de cimarrones cuando aún la esclavitud era una práctica colonial común.

Desafortunadamente, a mediados del siglo XX, la popularidad de los combates de perros y la disminución de la industria ganadera en Cuba llevaron a una disminución en la cría de Dogos Cubanos. Además, la revolución cubana y la posterior prohibición de la tenencia de perros de raza pura también contribuyeron a su extinción, status que hoy en día tiene esta raza en la contemporaneidad.

¿Cuales eran los linajes que contribuyeron a la creación del Dogo Cubano?

El Dogo Cubano, también conocido como “Perro de Presa Cubano”, se estima que se desarrolló a partir de la combinación de diferentes linajes de perros. Estos linajes incluían razas de bulldogs, mastines y perros de ganado, que se cruzaron para crear una nueva y robusta raza de perro con características específicas. Si bien no hay detalles específicos, las reconstrucciones de distintos relatos y documentos históricos parecen apoyar esta teoría.

Así, uno de los linajes que contribuyó a la creación del Dogo Cubano fue el de los bulldogs. Estos perros, conocidos por su valentía y agilidad, aportaron características como la musculatura fuerte y compacta, así como la mandíbula poderosa que se requería para el trabajo de caza y captura de cimarrones.

Otro linaje importante fue el de los mastines. Estos perros de gran tamaño y fortaleza aportaron su resistencia física y su capacidad para enfrentarse a presas de mayor tamaño. Los mastines también eran conocidos por su lealtad y valentía, cualidades esenciales para el trabajo de caza y protección.

Además, los perros de ganado también desempeñaron un papel en el desarrollo del Dogo Cubano. Estos perros se utilizaban para manejar y proteger al ganado, por lo que poseían habilidades de control y una disposición intrépida. Su participación en la mezcla de razas contribuyó a dotar al Dogo Cubano de la tenacidad y la determinación necesarias para enfrentarse a los cimarrones y controlarlos.

Mediante la combinación selectiva de estos linajes de perros, los criadores cubanos lograron desarrollar una raza única y distintiva: el Dogo Cubano. Estos perros se convirtieron en valiosos compañeros de trabajo para la caza y la captura de cimarrones, demostrando su coraje, resistencia y habilidades de manejo.

Relación entre Dogos Cubanos y esclavos

Los Dogos Cubanos tuvieron una estrecha relación con los esclavos de la isla, ya que los diferentes colonizadores, como los británicos o franceses, los utilizaban frecuentemente para la caza de los esclavos denominados cimarrones.

La denominación de cimarrón hace referencia a los esclavos africanos que escapaban de las plantaciones y formaban comunidades independientes. Buscaban la libertad y la emancipación de la esclavitud, y encontraban refugio en áreas remotas, como montañas, selvas o pantanos, donde establecían sus propias comunidades autónomas.

Estas comunidades cimarronas a menudo se organizaban de manera militar y desarrollaban tácticas de guerrilla para protegerse de los ataques de las fuerzas coloniales y de aquellos que intentaban recapturarlos.

Ilustración del extinto Dogo Cubano

Para lograr ese cometido, los colonizadores, durante la época colonial cubana, utilizaron los Dogos Cubanos como perros de caza para rastrear y capturar a los cimarrones. Estos perros eran entrenados y empleados por los propietarios de las plantaciones y las autoridades coloniales para dar caza a los cimarrones y traerlos de vuelta a la esclavitud.

Cuando se recibía el informe de que un grupo de cimarrones se encontraba en determinada área, se enviaba a los Dogos Cubanos junto con un grupo de cazadores y esclavos especializados en su manejo. Los perros, con su olfato agudo y habilidades de rastreo, seguían el rastro de los cimarrones y los acorralaban en un área específica.

Una vez localizados, los perros se lanzaban contra los cimarrones para someterlos y mantenerlos controlados. La fuerza y resistencia de los Dogos Cubanos les permitía enfrentarse a los cimarrones con eficacia. Los cazadores y esclavos acompañantes actuaban para asegurar la captura y evitar que los cimarrones escaparan nuevamente.

La caza de cimarrones con Dogos Cubanos era una práctica difícil y peligrosa. Los cimarrones, que a menudo estaban bien familiarizados con el terreno y eran hábiles en la evasión, ponían resistencia para evitar ser capturados nuevamente. Esto daba lugar a enfrentamientos entre los cimarrones y los perros, así como entre los cazadores y los cimarrones.

Esta práctica de cazar cimarrones con Dogos Cubanos refleja la realidad de la época, en la que los esclavos fugitivos eran perseguidos y considerados propiedad.

Cómo eran (Características) los Dogos Cubanos

Veamos en detalle las características que hacían del Dogo Cubano una raza única:

Colores del Dogo Cubano

El Dogo Cubano, también conocido como “Perro de Presa Cubano”, presentaba una variedad de colores en su pelaje, excluyendo el blanco. Estos colores podían ser leonado, negro y atigrado.

El color leonado abarcaba tonos que iban desde un dorado claro hasta un rojo intenso. El pelaje podía ser uniforme en todo el cuerpo del perro, sin marcas adicionales, lo que les daba una apariencia sólida y homogénea.

El color negro también era común. Podían tener un pelaje negro sólido en todo el cuerpo, lo que les daba un aspecto elegante y poderoso. En algunos casos, podían presentar manchas o marcas de color negro en áreas específicas, como el pecho o las extremidades.

Además, el pelaje atigrado era otra variante de color en los Dogos Cubanos. El atigrado se caracterizaba por rayas o marcas más oscuras sobre un fondo más claro. Estas marcas podían ser más o menos prominentes, lo que les daba a los perros una apariencia única y distintiva.

Es importante tener en cuenta que estos Dogos podían presentar combinaciones de estos colores o tener variaciones individuales en la distribución y tonalidad de su pelaje. Cada perro era único en este aspecto, lo que contribuía a la diversidad y la belleza de la raza.

Peso del Dogo Cubano

El peso promedio de un Dogo Cubano adulto variaba entre los 45 y los 68 kilogramos. Sin embargo, algunos ejemplares excepcionales podían superar incluso los 90 kilogramos. Estos perros eran verdaderamente imponentes en términos de masa corporal y podían llegar a tener una estatura que oscilaba entre los 61 y los 76 centímetros a la cruz.

Tanto el peso como el tamaño del Dogo Cubano eran atributos fundamentales para su función como perro de presa. Estas características físicas les permitían enfrentarse a animales grandes y peligrosos, demostrando valentía y resistencia en el campo de batalla. Su musculatura y estructura ósea robusta les conferían una gran fuerza y poder, permitiéndoles someter a sus presas con relativa facilidad.

Respecto a su constitución, era corpulenta y atlética, con músculos bien desarrollados y una estructura ósea sólida. Su cuerpo era compacto y bien proporcionado, lo que le otorgaba una apariencia equilibrada y armoniosa. Estos perros eran criados selectivamente para lograr un peso y una estructura adecuados para las tareas exigentes que se les asignaban.

Aunque su gran tamaño y peso les conferían una presencia imponente, la raza también era conocida por su temperamento equilibrado y su naturaleza leal. A pesar de su imponencia física, eran perros gentiles y amorosos con sus dueños y familiares. Su carácter protector y su disposición para cuidar de sus seres queridos los convertían en excelentes compañeros y guardianes.

Altura del Dogo Cubano

La altura promedio de un Dogo Cubano adulto oscilaba entre los 61 y los 76 centímetros a la cruz. Sin embargo, algunos ejemplares excepcionales podían superar esta medida. Por ello es que estos perros eran conocidos por su estatura impresionante y su presencia dominante.

Claro que también la altura era una característica fundamental para el Dogo Cubano, ya que es una cualidad necesaria que les permitía enfrentarse a animales grandes y peligrosos. Además, su tamaño imponente imponía respeto y disuadía a posibles amenazas.

Cuerpo del Dogo Cubano

El cuerpo del Dogo Cubano se caracterizaba por su apariencia equilibrada y bien proporcionada. Eran perros de tamaño grande y de constitución sólida. Su estructura ósea era fuerte y resistente, capaz de soportar el estrés y las demandas físicas de su función como perros de presa.

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La musculatura estaba bien desarrollada y definida. Sus músculos eran prominentes y conferían a su cuerpo una apariencia atlética y poderosa. La fuerza de sus músculos era una de las características clave que les permitía enfrentarse a presas formidables.

El dorso era recto y sólido, con una línea superior fuerte y bien marcada. Su pecho era amplio y profundo, lo que les proporcionaba una capacidad pulmonar notable y les permitía mantener un buen rendimiento físico durante actividades exigentes.

Las extremidades de estos Dogos eran poderosas y bien desarrolladas. Sus patas eran de tamaño proporcional al cuerpo y tenían una estructura sólida. Estas extremidades les proporcionaban una base estable y un impulso significativo al moverse y enfrentar a sus presas.

El Dogo Cubano poseía una cola de longitud media, fuerte y bien implantada. La cola se mantenía recta y se adelgazaba hacia la punta. En reposo, la cola colgaba hacia abajo, pero cuando el perro estaba en movimiento o excitado, se levantaba en posición vertical.

Cabeza del Dogo Cubano

La cabeza del Dogo Cubano era grande y ancha, proporcionada en relación con el tamaño del cuerpo. Tenía un cráneo macizo y fuerte, con una estructura ósea resistente que reflejaba su naturaleza valiente y poderosa. Esta fortaleza craneal contribuía a la resistencia y protección necesarias en su función como perros de presa.

Uno de los rasgos más notables de la cabeza era su stop bien definido. El stop es el área pronunciada que se forma entre el cráneo y el hocico. En el Dogo Cubano, este punto de quiebre era claramente visible, lo que le daba a la cabeza una apariencia prominente y distintiva.

El hocico de la raza era ancho y poderoso y la expresión facial era intensa y enérgica. Sus ojos eran de tamaño mediano a grande, de forma ovalada y de color oscuro. Transmitían una mirada penetrante y decidida, reflejando su valentía y determinación. Los ojos irradiaban inteligencia y vigilancia, características esenciales en su trabajo como perros guardianes.

Las orejas eran de inserción alta y naturalmente caídas. Eran de tamaño mediano, triangulares y levemente redondeadas en los extremos. Las orejas caídas daban a la cabeza una apariencia equilibrada y armónica. Aunque se mantenían en reposo, podían elevarse ligeramente cuando el perro estaba alerta o emocionado.

El Dogo Cubano también presentaba un cuello musculoso y bien proporcionado que se unía de manera armoniosa con la cabeza. Esto le daba una apariencia de fuerza y potencia, ya que su cuello era capaz de soportar la tensión y la fuerza requerida en su función como perros de presa.

Mordida del Dogo Cubano

La mordida de estos perros se caracterizaba por la fuerza de sus mandíbulas. Tenían una dentadura robusta y una musculatura facial bien desarrollada, lo que les permitía ejercer una presión significativa al agarrar y sujetar a su presa. Esta característica era esencial para su tarea de controlar y someter a animales grandes y peligrosos.

En cuanto a la mandíbula, la misma era ancha y fuerte, con dientes grandes y poderosos. La dentadura de estos perros estaba diseñada para agarrar y mantener a su presa de manera segura y firme. Sus dientes incisivos eran afilados y los caninos eran prominentes, lo que les otorgaba una capacidad de agarre excepcional.

La mordida se caracterizaba por su capacidad para ejercer una presión significativa. Se estima que estos perros tenían una fuerza de mordida impresionante, capaces de aplicar una presión de hasta 500 libras por pulgada cuadrada (psi). Esta fuerza era fundamental para inmovilizar a su presa y controlarla durante las actividades de caza o protección.

La mordida del Dogo Cubano también se destacaba por su técnica y precisión. Estos perros tenían la capacidad de sujetar y agarrar a su presa de manera efectiva, utilizando su fuerza y sus habilidades naturales de sujeción. Su mandíbula poderosa y su habilidad para aplicar presión permitían que la mordida del Dogo Cubano fuera una herramienta formidable en la lucha contra animales peligrosos.

Además de su fuerza y técnica, la mordida se caracterizaba también por su tenacidad y resistencia. Estos perros eran capaces de mantener su agarre incluso en situaciones desafiantes, mostrando una determinación y valentía excepcionales. Su habilidad para mantener el control sobre su presa durante largos períodos de tiempo los hacía extremadamente eficientes en su trabajo como perros de presa.

Fases de crecimiento del Dogo Cubano

El Dogo Cubano experimentaba diferentes fases de crecimiento a medida que se desarrollaba desde cachorro hasta la edad adulta. Estas etapas eran cruciales para su desarrollo físico y mental, y cada una presentaba características y necesidades específicas.

La fase de cachorro del Dogo Cubano era una etapa llena de vitalidad y descubrimiento. Al nacer, los cachorros eran pequeños y dependientes de su madre. Durante las primeras semanas de vida, se alimentaban exclusivamente de la leche materna, que les proporcionaba los nutrientes esenciales para un crecimiento saludable.

A medida que los cachorros del Dogo Cubano crecían, comenzaban a explorar su entorno y a interactuar con sus hermanos y otros perros. Esta etapa era fundamental para el desarrollo social y el aprendizaje de habilidades básicas. Los cachorros experimentaban un rápido crecimiento físico, aumentando de tamaño y desarrollando su musculatura.

Aproximadamente a los tres o cuatro meses, los cachorros entraban en la fase de la adolescencia. Durante esta etapa, experimentaban un crecimiento más lento pero constante. Sus cuerpos se fortalecían, y su musculatura se desarrollaba aún más. Los adolescentes del Dogo Cubano mostraban una energía y vitalidad intensas, a menudo demostrando un comportamiento juguetón y enérgico.

A medida que los perros alcanzaban la edad adulta, generalmente entre los 12 y 18 meses, entraban en la última fase de crecimiento. En esta etapa, el Dogo Cubano había alcanzado su tamaño y estructura corporal final. Su musculatura estaba completamente desarrollada, y su cuerpo se mostraba poderoso y robusto.

A nivel mental, los perros adultos del Dogo Cubano se volvían más estables y calmados en comparación con sus etapas anteriores. Aunque seguían siendo perros activos y enérgicos, mostraban una mayor madurez en su comportamiento y tenían una mejor capacidad para concentrarse en tareas específicas.

Durante todas las fases de crecimiento, era crucial proporcionar al Dogo Cubano una dieta equilibrada y nutritiva, así como ejercicio adecuado y estimulación mental. Esto ayudaba a promover un desarrollo saludable y prevenir problemas de salud relacionados con el crecimiento, así como a canalizar su energía de manera positiva.

Es importante tener en cuenta que, como raza extinta, el Dogo Cubano ya no se encuentra disponible en la actualidad. Sin embargo, conocer las diferentes etapas de crecimiento de esta raza nos permite apreciar la importancia de brindar un cuidado adecuado y comprender las necesidades específicas de los perros durante su proceso de desarrollo.

Alimentación del Dogo Cubano

El Dogo Cubano era un perro grande y musculoso, por lo que requería una alimentación rica en proteínas de alta calidad para mantener su masa muscular y promover un crecimiento saludable. La dieta consistía principalmente en carne, preferentemente carne fresca y magra, que proporcionaba las proteínas necesarias para el desarrollo y mantenimiento muscular.

Además de la carne, la alimentación del Dogo Cubano incluía otros componentes esenciales. Los carbohidratos provenientes de fuentes como el arroz, el maíz y las patatas eran utilizados para proporcionar energía y mantener niveles adecuados de glucosa en el cuerpo. Los alimentos ricos en grasas saludables, como el aceite de pescado, se utilizaban para mantener la salud de la piel y el pelaje, así como para apoyar las funciones corporales adecuadas.

Asimismo, la dieta del Dogo Cubano se complementaba con vitaminas y minerales para asegurar una nutrición equilibrada. Estos nutrientes esenciales se obtenían de alimentos como verduras, frutas y suplementos específicos formulados para perros. La inclusión de estos elementos era fundamental para mantener un sistema inmunológico fuerte y promover una salud óptima.

Además de los alimentos sólidos, el Dogo Cubano también requería una ingesta adecuada de agua fresca y limpia. El suministro constante de agua era esencial para mantener la hidratación y asegurar un funcionamiento adecuado del organismo.

Es importante tener en cuenta que, debido a la extinción de la raza, la información disponible sobre la alimentación del Dogo Cubano se basa en conocimientos históricos y la comprensión de las necesidades nutricionales de los perros de presa en general. Las prácticas y recomendaciones actuales pueden diferir debido a los avances en la ciencia de la nutrición canina.

Educación del Dogo Cubano

Desde una edad temprana, era crucial socializar al Dogo Cubano con una variedad de personas, animales y situaciones para desarrollar su capacidad de adaptación y su comportamiento equilibrado. Los cachorros se familiarizaban con diferentes entornos, sonidos, olores y se les presentaban interacciones positivas con otros perros y personas. Esto les permitía aprender a interactuar de manera adecuada y segura en diversos contextos.

El entrenamiento del Dogo Cubano requería una mano firme pero paciente. Estos perros eran inteligentes y tenían una disposición natural para obedecer y trabajar en equipo con sus dueños. Se enfocaba en el refuerzo positivo, utilizando recompensas como elogios, caricias y premios para fomentar comportamientos deseables. Al mismo tiempo, se establecían límites claros y se utilizaban correcciones adecuadas para corregir comportamientos no deseados.

La obediencia básica era fundamental en la educación del Dogo Cubano. Se les enseñaban comandos como “sentado”, “quieto”, “aquí” y “quieto”. Estos comandos no solo permitían un mayor control y seguridad, sino que también fortalecían el vínculo entre el perro y su dueño.

Dado que el Dogo Cubano era un perro de presa, se le proporcionaba un entrenamiento adicional enfocado en el control y la contención de presas. Esto incluía técnicas de sujeción y suelta, así como el desarrollo de un “interruptor” que permitía al perro detenerse y liberar a su presa bajo el comando del dueño. Este entrenamiento era esencial para asegurar que el perro pudiera trabajar de manera segura y controlada en situaciones de caza o protección.

Consideraciones Finales

El Dogo Cubano fue una raza de perro de presa extinta que dejó un legado significativo en la historia de Cuba. Fue utilizado principalmente en la caza mayor y como perro de guardia, gracias a su agilidad, resistencia y lealtad. Su existencia estuvo estrechamente ligada a la historia de Cuba, donde fue criado y criado por los colonos y los esclavos africanos.

Es esencial recordar que el Dogo Cubano es una raza extinta, y su existencia se encuentra solo en registros históricos y relatos. Aunque ya no se encuentra disponible en la actualidad, su legado perdura en la historia y en la comprensión de las razas de perros de presa en general.

Su apariencia física imponente, sus características distintivas y su relación con los esclavos africanos lo convirtieron en una raza única y fascinante. Aunque ya no está presente, el conocimiento de su existencia nos permite apreciar la diversidad y la riqueza de las razas caninas en nuestro pasado.